Adiós al Maestro Pedro Nel Arango Arango
Hoy a las 7:45 p.m., en la Iglesia de Santa Gema, se le rendirá homenaje.
Por
Beatriz Mesa Mejía
Medellín___________________
Pedro Nel Arango Arango, uno de los clarinetistas de mayor reconocimiento en Colombia, y quien fuera un Maestro (así con mayúscula) de varias generaciones de músicos, murió en Medellín en la noche del pasado sábado 17 de mayo, luego de sufrir una neumonía severa.
Intérprete, compositor, arreglista, Pedro Nel hizo parte de la vida cultural de Antioquia desde que estaba muy joven, cuando se inició por un camino que nunca abandonó y que lo hizo feliz, como él mismo lo reconocía y como lo advertían aquellos que compartieron con él y quienes participaron de las inolvidables tertulias que hacía en su finca de la Loma del Escobero, un punto de encuentro de importantes músicos de Medellín, muchos de los cuales se reunieron ayer para darle el último adiós.
Cuando las notas de su clarinete se escuchaban, era como si su alma saliera y llenara el instante. Había en él inspiración, un sentimiento profundo y un gran respeto por los temas interpretados, muchos de los cuales contaron con sus propios arreglos, una actividad a la que le ponía especial atención.
Amor de siempre
Había nacido en Armenia, Quindío, el 17 de agosto de 1927. Estaba casado con Alicia García, tuvo siete hijos (de los cuales cinco son músicos) y siete nietos. Desde sus primeros años vivió en Copacabana, al Oriente de Medellín, donde hizo parte de la Banda de Música de ese municipio.
Luego, en la capital antioqueña, estudió en el Instituto de Bellas Artes, y en Bogotá, en el Conservatorio Nacional de Música. Fue primer clarinete de la desaparecida Orquesta Sinfónica de Antioquia y de la Banda Sinfónica de la Universidad de Antioquia, de la cual fue subdirector. También perteneció a la Banda Nacional y durante varios años fue maestro en el Alma Mater, entidad que le otorgó el Honoris Causa en 1988.
Pedro Nel Arango inició en Colombia los grupos de música de niños y jóvenes, hace ya varias décadas, cuando estuvo vinculado con el Instituto Diego Echavarría Misas. En sus recitales compartió con Harold Martina y Pietro Mascheroni, entre otros. Fundó la Orquesta de Vientos de la Universidad de Antioquia, el Quinteto de Vientos de Medellín y el Octeto de Vientos (este último en compañía del maestro Rodolfo Pérez).
Se le recordará también como intérprete de música de cámara y como un ferviente impulsor de la música andina colombiana, así como de sus festivales. Bambucos y pasillos se escucharon en otros grupos de los cuales fue fundador como Por el Placer de Tocar, Los Cuatro Ases y el Conjunto Típico Nacional. Varias fueron las obras que compuso, la última de ellas se tituló Amor de siempre, una romanza para clarinete y piano.
Ayer, en la Iglesia Santa María de los Dolores, el Ensamble Vocal, coro que dirige su hijo Jorge Hernán, le dio el último adiós en una sentida ceremonia a la que asistieron familiares, amigos y alumnos. Y hoy en la Iglesia de Santa Gema, a las 7:45 de la noche, se le rendirá también un homenaje.
La musa de la música permaneció a su lado. Su amor por la melodía fue tan grande que hasta el final dio clases, incluso a sus nietos. Y de esto se sentía orgulloso, como alguna vez lo dijo en una entrevista para Generación, suplemento de temas contemporáneos de EL COLOMBIANO, cuando manifestó que le hacía falta tiempo para seguir estudiando, y que si naciera de nuevo, volvería a ser clarinetista. Su legado no termina.
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Fuente: Diario el colombiano
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Los amigos argentinos de su hijo Jorge Hernan Arango y Familia, rendimos un sentido homenaje a una persona muy querida y a un talentoso artista. Marcelo Meza
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