jueves, 7 de junio de 2012

Lili Oster - columna: "Miradas"




Presentación

Hola 

Me llamo  Lili  Oster y sólo entiendo que será por su generosidad que el Sr. Marcelo Meza (el  escritor) me deja publicar en su blog.

Yo no soy escritora, sino a lo sumo escribiente.

Cuando era una niña (entonces a los 12 lo éramos) escribí algunos Querido Diario. Un poco mas tarde esos larguísimos monólogos que pretendían con muchas ínfulas ser hasta literatura o poesía.

Quizás algo influída por "nenes" como Neruda, Lorca o Baldomero Fernández Moreno quería contar algo de lo que me pasaba como un problema de todos Pero claro,nadie, ninguno, nunca lo leyó. Eso de "pinta tu aldea y pintarás el mundo" no me fue dado.
Ahora claro parece fácil. Hay internet , todos pueden leer lo que escribimos. Entonces aparecen las preguntas que sólo podrán ustedes los que lean esto y lleguen por supuesto hasta el final.

¿Vale la pena escribir si nadie nos va a leer ?  ¿Le sirve a alguien enterarse de que le otro tiende una mano para que nos juntemos virtualmente? ¿Es la escritura un espacio válido para intercambiar secretos?

Para los que se animen comentarán por acá. Y para los que quieran no ser descubiertos pueden mandarme un mail (lilianaoster@yahoo.com.ar)

Sepan que los estoy esperando. Sepan también que creo firmemente en que un solo lector ya me hace muy feliz. Hasta pronto y muchas gracias.

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Los negros

(Como dicen en las series todo parecido con la realidad es pura coincidencia.)


Los hombres de mi vida siempre fueron negros. Salvo dos. Uno no me merece ni una línea .
El otro si. Nunca había conocido a alguien tan apolíneo, servicial, cálido y un poco estúpido.
Esta última característica, lejos de ser un defecto fue una virtud. Para la época en que vivimos, tan vertiginosa, imprudente y paranoica él aportaba mucha sencillez.Lo consideraban estúpido porque abría la puerta del taxi. o bien en épocas de malaria, daba la mano para bajar del bondi. Regalaba flores porque sí, y siempre tenía a mano algún piropo. Pero como era un caballero estúpido jamás se  permitía decir cosas tales quisiera ser Papá Noél para entrar por tu ventana, Sólo sabía que las chicas (mucho mas rápidas que los hombres) pudiera decirle Gracias, ya tengo niño en el pesebre. No todo eran maravillas. El Rubio tocaba el saxo. Y era capaz de hacerte saltar de la cama sólo porque se le había ocurrido alguna melodía para componer. Igual fue fácil enamorarse de él, pero más fácil dejarlo el día que me quedé sorda y ya no pude escuchar sus caricias.

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Cada vez

Cada vez que tengo un rato y ganas escribo algún textito.
Quizás vale la pena releer la suerte de la fea... Pero no sé, no sé si voy a escribir autobiográfico, que sea en serio, que alguien se reconozca o no, pero que me represente a mí. Si después eso sirve para "ser subido" es otro cantar.

A. está viajando y yo la acompaño lo mas levemente que puedo, tratando de no hacer ruido.
Pero ustedes ya saben. De repente se me cae algo que, por supuesto, genera batifondo.
Entonces me delato. Estoy ahí. Y salen palabras como de la galera de un mago: mami, hermosa, tesorita... Atesoramos amores, recuerdos, tristezas. Quien más, quien menos,  ha juntado monedas, figuritas, viento o arena..

Es muy bueno cuando atesoramos un amor compartido. Porque no está guardado en el placard. Siembra sonrisas entre dos o entre muchos. Yo viajo con sus descripciones, con sus felices creaciones, Yo siento cada movimiento de sus alas y ahí también me reconozco.

A veces, cuando descanso de tanta travesía, lloro un poco y digo en voz bajita cuanto la extraño.