Amigos de Ulises Dumont lo despiden con cariño (video) (fuente clarin)
A los 71 años murió el actor ulises dumont
El adiós a un entrañable hombre bueno
Su imagen es parte indisoluble del cine argentino, con actuaciones memorables y una carrera que también sobresalió en el teatro y en sus contadas apariciones televisivas. El recuerdo de sus amigos
Hace dos años, en una entrevista, Ulises Dumont intuía con exactitud uno de los secretos de su ángel, el que todos los actores que lo conocieron resaltaron ayer, al enterarse de su muerte, a los 71 años, en el Instituto Dupuytren, donde estaba internado desde hacía dos meses debido a complicaciones cardíacas.
Según Alfredo Alcón, “era noble y tenía un gran sentido del humor. Actuar, para él, era lo más natural del mundo, no había teorías ni poses de grande o de actor extraordinario”.
Héctor Alterio, que trabajó con Dumont en el film Los chicos de la guerra, aclaró que no se sorprendió de este final porque sabía por allegados que ya hacía tiempo que estaba inconsciente: “Prácticamente no había posibilidad alguna, porque no atendía ningún reclamo del cuerpo”.
Para China Zorrilla, que lo dirigió en Arlequino, servidor de dos patrones y actuó con él en Conversaciones con mamá de 2004, era “un duende en el escenario” y consideró que su pérdida debería ser “duelo nacional para el arte”.
Entre la multitud de elogios a su calidad artística y humana que durante todo el día se escucharon por radio y televisión, Sergio Renán (su director en Crecer de golpe y Sentimental) señaló un dato sorprendente. Dijo, sin dudar, que “no fue feliz”.
Criado en el barrio porteño de Belgrano, Dumont nació el 7 de abril de 1937. El teatro irrumpió en su vida al cumplir 20 años, en el club de la zona: “Me contacté con un ex compañero que sabía que andaba en eso y con el ahínco o la pretensión de hacer una obra, a martillo limpio hicimos un escenario, donde habremos hecho dos funciones, y ahí me quedé pegado, ahí sentí una cosa extraña. Y dije, ¿qué pasa, cómo es eso? Pensé que la mejor manera de averiguarlo era estudiando, entonces intenté entrar al Conservatorio Nacional”.
Así llegó su primera decepción, ya que no aprobó el ingreso. “Según ellos, no cuajaba”, recordó. Pero insistió y entró. Durante las siguiente cinco décadas filmó alrededor de 80 películas. Su debut fue Dos quijotes sobre ruedas, en 1964, de Emilio Vieyra.
Quizás su etapa más famosa fue a fines de los años setenta y principios de los ochenta, junto a Federico Luppi y Julio De Grazia, cuando se convirtió en una suerte de actor fetiche de Adolfo Aristarain, con quien hizo La parte del león, Tiempo de revancha y Últimos días de la víctima. Un año después, llegó la inolvidable No habrá más penas ni olvido, de Héctor Olivera, basada en la novela de Osvaldo Soriano, donde interpreta a un pintoresco fumigador peronista con avioneta.
En la década del noventa, participó en Al filo de la ley (Desanzo), El censor (Calcagno), Sus ojos se cerraron (Chávarri), El viento se llevó lo que (Agresti), El mismo amor, la misma lluvia (Campanella) y Yepeto (Calcagno, basada en la obra de Roberto Cossa).
“Yepeto –dijo Dumont– fue una circunstancia irrepetible de feliz. Cayó después de tres años sin hacer nada de teatro”. Coprotagonizada con un joven Darío Grandinetti, se estrenó en 1987, estuvo cinco temporadas en cartel, alcanzó 1.500 funciones y pasó al cine.
A partir de 2000, si bien es menos convocado, participa en dos recordadas producciones: Rosarigasinos, junto a su hijo Enrique, y Diarios de motocicleta, de Walter Salles. Su último protagónico, estrenado en octubre de 2007, fue Yo la recuerdo ahora.
En teatro, su nombre se asocia con uno de los hitos de Teatro Abierto: El acompañamiento, de Gorostiza, donde compartía escenario con Carlos Carella.
“Hay cosas aparentemente inherentes de la profesión que a mí me revientan; yo apenas soy un señor que labura de esto, que trata de portarse como un ser humano y no presionado por los programas sensacionalistas de TV”, dijo una vez. Aun así, participó en ciclos prestigiosos y en los últimos años fue parte de los unitarios Tiempo final y Mujeres asesinas, además de la telenovela Montecristo.Aunque este año y el anterior se sumó a varios proyectos, su salud estaba muy deteriorada. Padecía artrosis en una pierna y tenía un triple bypass. Ayer, su corazón dijo basta. Pero sus películas y su recuerdo de hombre bueno continuarán vivos para el público y sus amigos.
_______________________________
OPINIÓN
Era un luchador y una persona simple
Beatriz Spelzini
Fue un gran compañero, una persona muy generosa, con una salud muy frágil, así que, lamentablemente, no me sorprendió su muerte. Compartimos un mes de filmación en San Rafael, en 2006. Fue mi primer protagónico en cine y el último para él. Su personaje es un ex ferroviario de carácter intransigente, aparentemente duro, solitario y sin ganas ya de vivir, que viaja a Mendoza para suicidarse, hasta que conoce a la mucama del lugar donde se aloja,
que le dará un giro a su destino. Durante ese mes estábamos en el mismo hotel, comíamos juntos. Disfrutaba mucho de la comida y de la charla, hablaba de su hijo actor, de la preocupación que le causaba. Tenía un humor ácido pero, detrás de eso, una enorme vulnerabilidad. En fin, una persona simple, un luchador con quien nunca había trabajado ni volví a ver. La pasamos muy bien y lo siento mucho.
http://www.criticadigital.com/impresa/index.php?secc=nota&nid=16313
El pensamiento de Dumont en primera persona - telam
"Creo que la gente se me acerca porque no soy un galán, no estoy en ídolo y porque me siento a una mesa y tomo
un vino y hablo con la gente como lo haría cualquiera", le explicó Ulises Dumont a Télam durante una entrevista
concedida dos años atrás.
Las que siguen son otras declaraciones que el actor fallecido esta mañana le efectuó a esta agencia en diversos reportajes.
-"Lo fundamental es que no me niego a aprender todo el tiempo".
-"Que labure de actor, ferroviario o intendente es una circunstancia, pero no es mi oficio el que conforma mi manera de ser, soy yo que el significa la imagen".
-"Hay cosas aparentemente inherentes de la profesión que a mí me revientan, yo apenas soy un señor que labura de esto que trato de portarme como un ser humano y no presionado por los programas sensacionalistas de la TV".
-"Llevo más o menos 100 películas filmadas, contrariando a internet, aunque la única vez que consulté a internet fue en Europa cuando me pidieron un currículum, pero indudablemente ninguno estaba completo".
-"Para conseguir plata y proyección no hay como la televisión, el teatro es para darse el gusto y entrenarse y el cine es el placer".
-"Me divierte trabajar en cine y en la medida en que me divierto yo generalmente todo el mundo se divierte. Es un medio en el que me desenvuelvo bien, aunque todo viene del teatro".
-"Mi estilo es transpirar la camiseta y requiere toda la energía, pero por otro lado ya no estoy en condiciones de hacer todo al mismo tiempo como hice toda mi vida".
Perlas del cine nacional
“La Película del Rey”: La pasión de un Quijote y el cine
por Diego Braude
dbraude@imaginacionatrapada.com.ar
(Argentina, 1986) Dirección: Carlos Sorín
Producción:Perla Lichteinstein y Gustavo Sierra
Guión: Jorge Goldenberg y Carlos Sorín
Fotografía: Esteban Courtalón
Elenco: Julio Chávez, Ulises Dumont, Miguel Dedovich, Villanueva Cosse, Ana María Giunta, David Llewellyn, Roxana Berco, Marilia Paranhos, Rubén Szumacher, César García,
Hillda Rey, Marcela Luppi, Fernando Bravo, Diego Varzi, Roberto Pagés
Edición: Alberto Yaccelini
Música: Carlos Franzetti
Sonido: Bebe Kamín y Miguel Ángel Polo
Escenografía: Margarita Jusid
Vestuario: Margarita Jusid
Duración: 107 minutos
Allá por el año 1986, Carlos Sorín, quien hasta ese momento había participado en cine sobre todo como director de fotografía (siendo en su mayoría films experimentales o inconclusos), hace su aparición en las salas con “La película del rey”. Quince años antes, Sorín había participado de una co-producción que se había llamado “Nueva Francia”, que quedó inconclusa (de hecho, Jorge Goldenberg, el co-guionista, había sido el director de aquel intento). En uno de sus últimos intentos por recuperar su reino de la araucanía, Orllie Antoine de Tounens, había convencido a un banquero de apoyarlo económicamente bajo la idea de la fundación de una “Nueva Francia”. Ya en la década del ´80, Sorín, atraído por la historia de Orllie Antoine, se centra en su primera institución de la monarquía araucana.
Aventurero o demente, Orllie Antoine se había embarcado hacia Sudamérica, específicamente Chile, con la intención de unir a los pueblos latinoamericanos en un solo reino (bajo su mando, obviamente). Una vez ahí, viendo que la situación no daba para convencer a los ya más o menos establecidos gobiernos locales, descubrió una posibilidad en los pueblos de la Araucanía y la Patagonia (lado chileno y lado argentino, respectivamente). Estos dos, divididos en diversas tribus, mantenían su independencia y ofrecían un foco de resistencia para los incipientes estados nacionales que eran Argentina y Chile. Orllie emprende su aventura, sin saberse apañado por una leyenda araucana que hablaba de la llegada de un hombre blanco que habría de ser su libertador. En 1860 logra fundar su reino, habiendo convencido a los caciques de la región, y en 1861 aumenta su popularidad. El gobierno chileno lo considera un peligro y en 1862 es traicionado por un allegado y puesto en prisión. Su destino es la muerte, pero el gobierno francés intercede, es considerado demente, liberado y retornado a Francia. Durante los próximos 16 años, hasta su muerte, habría de intentar volver infructuosamente.
“La película del rey” era la historia del rodaje del film sobre esta primera fundación y su traición. David (Julio Chávez), es un joven director que alterna entre la publicidad (lo que le da de comer), y el cine (su pasión). Arturo (Ulises Dumont), es el paradigma del Jefe de Producción, cuya pasión pasa por hacer posibles los sueños del Quijote David. Su forma de soñar, es permitirle al otro hacerlo, engancharse a su estrella hasta que ambos terminan siendo parte de una misma cosa. Es que, como la historia de Orllie Antoine, la de David y su película, la del cine según este Sorín de la década del ´80, es una de Quijotes, de aventureros entre apasionados y dementes, de empresas irrealizables, de altas montañas a escalar.
David (alterego inconfundible del propio Sorín), se va quedando sin dinero a medida que el apoyo financiero de su productor va desapareciendo. El presupuesto lo lleva entonces a soluciones creativas. Opta por actores no profesionales, busca en donde sea. ¿No hay sonido? Se filma mudo. La cámara de Sorín, desde una imagen que oscila entre el plano normal y cierta desprolijidad documental, va narrando.
El director se detiene, con cariño, en pequeños detalles, como una heladera vacía en la casa de David (no es sólo el dinero, es que casi no está en su propia casa), una mirada por una ventana (David no puede dejar de ver). Cada paso es una forma de encuadre.
Al cambiar la metrópoli por el desierto patagónico, Sorín se deja llevar por su propia fascinación hacia esa enorme extensión de tierra, esa enormidad que también habla de lo pequeño del ser humano, esa Patagonia le hablaba a Sorín de su propio cine a través de sus imágenes. Lentamente, la atmósfera del film va adquiriendo tintes fellinescos, ese clima de dulce locura onírica que Federico Fellini sabía imprimir a sus películas. Como es de imaginar, lentamente se va produciendo la metamorfosis entre David y Orllie.
A partir de este punto, el balance del film cambia. De realista pasa a surrealista. El sonido (mudo en el film dentro del film), se exacerba en risotadas o enojos, la lluvia hace su intrusión (“sobre llovido, mojado”), la luz más saturada del comienzo va dejando lugar a la noche iluminada por fuegos fantasmales, los rostros terminan de convertirse en máscaras. La locura del rey es la de David, traicionado por las circunstancias, abandonado. En unas imágenes de gran belleza visual, Sorín/David/Orllie transforman ese escenario patagónico en una visión de su propia empresa, la locura de su propia pasión.
La historia del cine está plagada de películas malditas, inconclusas, productores fantasmas, problemas, desafíos. ¿Por qué, entonces, seguir insistiendo? Esa es la pregunta que el propio relato le hace a Orllie, a David. Con su fiel Sancho a su lado (Arturo), David encuentra una única respuesta: la pasión, el fuego del aventurero, un Quijote que ve monstruos en los molinos de viento y doncellas en prostitutas reventadas. Es la capacidad de descubrir una y otra vez lo maravilloso en cada mirada; dejar de hacerlo es, simplemente, morir.
El final del film, el de la aparente derrota de Orllie/David, oh, casualidad, tiene que ver con la próxima aventura...
Recursos Web:
http://dokelibertario.blogspot.com/ - Blog que hace referencia a un relato de Albert Camus sobre Orllie Antoine de
Tounens
http://www.geocities.com/numismatica_chilena/cronica4.html - Crónica de los intentos fundacionales de Orllie
Antoine de Tounens
http://www.embafrancia-argentina.org/historia/orelie2.htm - Relato que se encuentra en el sitio de la Embajada de Francia en Buenos Aires
http://www.drault.com/pdb/Personajes/detounens-juicio.html - Créase o no, la corona de Orllie Antoine de Tounens tuvo herederos
www.imaginacionatrapada.com.ar
19/5/2006
Peliculas en las que trabajó:
El borde del tiempo (en postproducción
Danza porca (en postproducción)
El grito en la sangre (en postproducción)
Ni dios, ni patrón, ni marido (en postproducción)
El fin de la espera (en postproducción)
Negro Buenos Aires (en postproducción)
Horizontal/Vertical (2008)
Tus ojos cuando llueven (2008)
Yo la recuerdo ahora (2007)
Ese mismo loco afán (2007)
1 peso, 1 dólar (2006)
Próxima salida (2004
Un mundo menos peor (2004)
Diarios de motocicleta (2004)
Conversaciones con mamá (2004)
Rosas rojas... rojas (2003)
La esperanza (2003)
Sueños atómicos (2003)
Rosarigasinos (2001)
Los días de la vida (2000)
Una historia de tango (corto - 2000)
Ciudad sin luz (1999)
El mar de Lucas (1999)
El astillero (1999)
Cerca de la frontera (1999)
Sólo gente (1999)
El mismo amor, la misma lluvia (1999)
Yepeto (1999)
El viento se llevó lo que (1998)
Doña Bárbara (1998)
Sus ojos se cerraron (1998)
Zapallares (corto – 1998)
El Che (1997)
El paseo de Maltecci (corto - 1997)
Historias clandestinas en La Habana (1996)
Policía corrupto (1996)
Juntos, in any way (corto - 1996)
El cóndor de oro (1995)
El censor (1995)
Fotos del alma (1995)
Historias de amor, de locura y de muerte (1994)
Sin opción (1994)
Bar de mala muerte (corto - 1993)
Al filo de la ley (1992)
La redada (1991)
Le roi de Patagonie (telefilm - 1990)
Billetes, billetes... (1988)
Bajo otro sol (1988)
Gracias por los servicios (1988)
Gracias por los servicios (1988)
Sur (1987)
El año del conejo (1987)
Con la misma bronca (inconclusa - 1987)
La película del rey (1986)
Te amo (1986)
De halcones y palomas (inédita - 1986)
Contacto ninja en la Argentina (inédita - 1986)
Cuarteles de invierno (1984)
La Rosales (1984)
Los chicos de la guerra (1984)
El hombre que ganó la razón (no estrenada comercialmente - 1984)
No habrá más penas ni olvido (1983)
Los enemigos (1983)
La invitación (1982)
Últimos días de la víctima (1982)
El hombre del subsuelo (1981)
Tiempo de revancha (1981)
Los crápulas (1981)
Las vacaciones del amor (1981)
Sentimental (1980)
Este loco amor loco (1979)
La fiesta de todos (1978)
La parte del león (1978)
Nunca dejes de empujar, Antonio (mediometraje - 1978)
El casamiento de Laucha (1977)
Crecer de golpe (1976)
¡Quiero besarlo Señor! (1973)
Autocine mon amour (1972)
Estoy hecho un demonio (1972)
La gran ruta (1971)
Dos quijotes sobre ruedas (1964)
____________
Fuente
_______________________________
"Sur" - extracto